Se dejó el carmín en el aquel café que tanto le sabía a olvido.
Dijo que le fue fácil tomar la decisión de desprenderse él, pero que aún no sabe si le será fiel a su propia idea.
Ante tal despedida emocional, creo que se conoce lo suficiente como para darse cuenta de que es ridículo decir «Adiós»en un mundo tan pequeño.
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